¿Que hacemos con los fujimoristas?
El Keikismo parece funcionar
La última encuesta nacional de CPI para agosto confirmó al fujimorismo como el movimiento más importante del país, aglutinando no sólo la mayor intención de voto (32.5%), sino los mejores números sobre capacidad de gobernar, movilización y una sensación de corrupción relativamente baja, por debajo de Perú Posible y el APRA. ¿Porque el fujimorismo es tan exitoso?
El fujimorismo es favorecido tanto en Lima como en el interior, aceptado un poco más entre las mujeres y el sector D y E, pero sobre todo por los jóvenes entre 18 y 24. El perfil del fujimorista calza con el discurso sobre el éxito de las reformas impulsadas por el gobierno autoritario de los noventas, pero queda en duda que una población que admite en más de un 80% no interesarse por temas políticos tenga una memoria tan eficaz, especialmente los jóvenes. A mi parecer, la clave puede estar en que Keiko Fujimori es la lidereza de nivel nacional con menos exposición a la prensa, aún cuando gente cercana a ella está involucrada en escándalos sin paralelo en otro partido. La estrategia fujimorista ha sido muy efectiva al colocarse por encima del día a día político, confrontando con el gobierno sólo desde el congreso y sin comprarse pleitos ajenos. Si bien son percibidos como oposición, para la mayoría de la gente en los sectores populares Keiko no está cotorreando a la prensa sino que más bien la ven trabajando a vecindarios populares, que es donde se asienta más su popularidad.
Parte de esta estrategia ha sido el enfriar completamente el tema del indulto a Alberto Fujimori, que es algo que polariza a la población y genera anti voto. Al parecer Fujimori está dispuesto a esperar dos años para que Keiko gane la presidencia y lo indulten sin mucho trámite.
Por otro lado, la debilidad de los naranjas se encuentra en el único indicador que tienen en contra, que es la poca preocupación por la formación de cuadros políticos. Esto se refleja en las elecciones municipales, donde el fujimorismo no está presentando candidatos fuertes ni en Lima ni en buena parte de las provincias. Además, en ningún caso se ve una nueva camada de políticos fujimoristas surgiendo, sólo independientes que han comprado su cupo y congresistas de comparsa, muchos de ellos que han sido encontrados culpables de nexos con el narcotráfico y la prostitución. De continuar la tendencia, en la próxima campaña Keiko se verá rodeada de gente cuestionada ya no sólo por el gobierno de su padre, sino por la bancada congresal que ella puso el 2011.
Mientras tanto, todos los candidatos buscan la segunda vuelta contra el fujimorismo para utilizar la misma táctica de Humala el 2011. ¿Cambiará algo hasta entonces? Lo cierto es que Keiko, como Castañeda en Lima, ha impuesto un estilo de mutismo selectivo muy efectivo, y tendremos que esperar a ver como recibe los golpes para ver si los números fujimoristas tienden a cambiar. Todos dicen que en segunda vuelta le ganan, pero todavía todo puede pasar.