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Alan y Jorge: Las dos caras de la frustración en el APRA

Publicado: 2016-10-21

Una corta historia para entender la frustrada renovación del APRA: 

Cuando Alan García tomó las riendas del partido en 1982 la estructura aprista era una de las más poderosas maquinarias políticas de América Latina; fue capaz de movilizar al país contra Belaunde, llegar al poder con autoridad y enfrentarse a los poderes empresariales -aunque falló en diagnóstico y aplicación. ¿Que pasó con el APRA después? La oposición interna a Alan la lideró Luis Alva Castro, quien obtuvo poco más del 20% en las elecciones de 1990 como candidato presidencial y lideró la resistencia aprista hasta 1995, aplazando la figura de Alan a un costado. Luego, con la caída de Fujimori, la figura de Jorge del Castillo -abogado personal de García- se erigió como el hombre fuerte del partido y desde 1999 hasta hoy ha sido el aprista con mayor control de las bases. Así, por 20 años ya, Alan García y Jorge del Castillo han controlado al 100% las decisiones del aprismo que llegó al poder el 2006 y que hoy se encuentra en su mínima expresión electoral y de representación civil. De allí que Alan tenga al llegar poder a Jorge Del Castillo  como su brazo derecho en la PCM. 

Estamos en el 2016 y Jorge del Castillo sigue siendo Secretario General y el hombre con mayor peso interno en lo que queda del partido aprista, pero su relación con Alan García ya no es la misma. Cuando Del Castillo es separado del gobierno por los petroaudios los operadores de Alan García vieron una oportunidad para destronar al second -como se le llama a Jorge en la interna- y lanzaron una campaña de desprestigio con miras de las elecciones internas del 2010. En el balance final los llamados cuarentones -una suerte de renovación alanista- no pudieron derrotar a Del Castillo, conformándose con algunas secretarías. El mando en el APRA nunca más estuvo unificado, todos los que hemos militado en el APRA en los últimos 6 años hemos tenido que sortear la división entre alanistas y jorgistas, a menudo cambiando de bando dependiendo del tema. Si uno habla con un jorgista Alan tiene la culpa de todos los males internos, especialmente de no creer en la democracia interna,  mientras que los alanistas normalmente culpan a Jorge y sus allegados de corrupción. A mi humilde opinión, ambos tienen bastante razón. 

En mis conversaciones con apristas que se mantienen dentro de la estructura -los pocos que quedan, dado que la mayoría estamos afuera- el drama entre Alan y Del Castillo está al medio de los pedidos actuales de renovación. El bando jorgista se la ha jugado totalmente a favor de Enrique Cornejo, quien al no distanciarse ni hacer esfuerzo de congraciarse con bandos de no alineados ha permitido ganarse la etiqueta de marioneta de Del Castillo, mientras que la candidatura alternativa de Renzo Ibañez es atacada como una estrategia de Alan García. Resalta que ninguno de los candidatos ha tenido nada directo o concreto que decir sobre la pésima gestión de Alan y Jorge en la última década, hasta ahora la batalla de slogans ha sido lo más profundo que se ha discutido en las internas apristas, por que en realidad siguen en la misma lógica de siempre. 

Así el APRA se mantiene un harakiri constante, agravado por las maniobras anti democráticas de un Congreso Nacional que de por sí ya sabemos no va a resolver nada porque parte de los mismos vicios. Si alguien estaba entusiasmado lo más seguro es que vuelva a alejarse a esperar, mientras tanto la militancia no tiene ningún norte y se mezcla entre entusiastas comentarios a favor de Fujimori, PPK, Trump, Hillary, pro Chinos, pro Socialdemócratas, y un largo etcétera. Lo mejor que le puede pasar al APRA es que alguno de los dos bandos gane, o -mejor aún- ambos desaparezcan.  


Escrito por

Luis Zaldívar

Antropólogo, consultor, activista


Publicado en

Malarabia

Gestión cultural, política, bohemia